Por Laura Strickler y Didi Martinez — NBC News
Los delegados de la Convención Nacional Republicana estallaron en aplausos el mes pasado cuando el gobernador de Texas, Greg Abbott, reafirmó su compromiso de enviar autobuses llenos de inmigrantes a las ciudades con gobiernos demócratas.
"Hemos seguido enviando migrantes en autobús a ciudades santuario en todo el país", dijo Abbott a la multitud en Milwaukee. "Esos autobuses seguirán rodando hasta que finalmente aseguremos nuestra frontera".
Pero los autobuses no han estado rodando de manera constante durante meses debido a una fuerte caída en el número de migrantes detenidos en la frontera sur, según funcionarios y operadores de refugios para migrantes en Texas y en media docena de grandes ciudades de todo Estados Unidos.
En mayo fueron detenidos unos 117,000 inmigrantes, frente a la cifra récord de 300,000 registrada en diciembre. En junio, la cifra se redujo aún más, hasta unos 84,000, el total mensual más bajo desde que el presidente, Joe Biden, asumió el cargo en 2021.
"Ahora vienen con mucha menos frecuencia", dijo Josh Goldfein, abogado de la Sociedad de Ayuda Legal de Nueva York, “porque no tienen suficientes personas para cruzar la frontera para llenar un autobús”.
Funcionarios de la Casa Blanca y defensores de los inmigrantes atribuyen el hecho al aumento de las medidas contra los inmigrantes que llegan a Estados Unidos por parte de las autoridades mexicanas y a la orden ejecutiva adoptada por Biden en junio para restringir quién puede solicitar asilo en la frontera sur.
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Un portavoz de Abbott reconoció que ahora había menos migrantes que transportar en autobuses fuera del estado, pero dijo que fueron las medidas del gobernador en Texas las que impulsaron el descenso de migrantes que cruzan la frontera.
"Texas ha disminuido los cruces ilegales hacia el estado en 85% gracias a nuestra histórica misión fronteriza", dijo el portavoz, Andrew Maheris. "Menos cruces ilegales hacia Texas significa que hay menos autobuses partiendo hacia ciudades santuario".
Abbott comenzó el transporte de migrantes en autobús en 2022 como parte de la Operación Estrella Solitaria, un programa de 11,000 millones de dólares diseñado para hacer frente a la oleada de migrantes en el estado.
Un gran número de autobuses de migrantes salieron de las ciudades fronterizas de Del Río y McAllen el año pasado. Pero han pasado varios meses desde que un solo autobús haya salido de esas dos ciudades, dijeron funcionarios locales y operadores de refugios para migrantes a NBC News.
Los últimos autobuses patrocinados por Abbott que salieron de Laredo y Brownsville lo hicieron en enero, según personas familiarizadas con el tema. Y el número de autobuses que salen de El Paso se ha reducido drásticamente en los últimos meses, según dos organizaciones sin ánimo de lucro que atienden a migrantes.
"Existe la posibilidad de que haya autobuses todos los miércoles si hubiera necesidad", dijo Bill Irvin, de la organización sin fines de lucro Opportunity Center for the Homeless. "Y honestamente, no he tenido la necesidad de usar esos autobuses desde aquí durante seis u ocho semanas. Pero eso demuestra lo que ha bajado la cifra de refugiados aquí en El Paso".
Un portavoz de la División de Gestión de Emergencias de Texas, que ha gestionado la logística de autobuses en el pasado, dijo que las salidas de autobuses han fluctuado con el tiempo "debido al número de personas procesadas y liberadas por el Gobierno federal en las comunidades fronterizas que se han visto abrumadas, lo que tiene un impacto en el número de pasajeros".
"La temporada y las condiciones meteorológicas también parecen tener un impacto", añadió el portavoz en un correo electrónico.
Pero los funcionarios de varias ciudades que habían recibido autobuses en el pasado dijeron que ninguno ha llegado de Texas desde enero.
El último autobús que llegó a Philadelphia lo hizo el 17 de diciembre con 29 personas procedentes de Del Río, Texas, según un portavoz de la Oficina de Asuntos de los Inmigrantes de la ciudad.
Ningún autobús de Abbott ha llegado a Washington D.C. este año, según una persona familiarizada con el tema. Se cree que ninguno ha llegado a Los Ángeles desde el 20 de enero, según Joseph Riser, de la oficina de gestión de emergencias del condado. Y dijo que ese autobús sólo transportaba a 18 personas.
"Venían con pocas personas", afirmó.
Denver recibió por última vez un autobús organizado por la oficina de Abbott en junio, según un funcionario de la ciudad. Un autobús llegó a un suburbio de Chicago ese mismo mes, pero ninguno ha llegado a la ciudad de Chicago desde Navidad, dijeron las autoridades.
Chicago acogerá la Convención Nacional Demócrata la próxima semana. Un portavoz de la oficina del alcalde dijo que la ciudad no espera un aumento de llegadas, pero está haciendo preparativos por si acaso.
En Nueva York, los autobuses dejaron de llegar en su mayoría después de que el alcalde Eric Adams impusiera restricciones en diciembre y presentara una demanda en enero contra 17 empresas de autobuses que traían inmigrantes a la ciudad desde Texas.
En su lugar, los autobuses dejaban a los inmigrantes en Nueva Jersey, donde se les entregaban billetes de tren a Manhattan. Pero incluso esos autobuses dejaron de llegar en su mayoría en junio, después de que Biden firmara su orden ejecutiva, según el activista de inmigración Power Malu, quien asumió un papel destacado en la acogida de inmigrantes en la ciudad.
Malu coordinó sus esfuerzos en Nueva York con una red de defensores de los inmigrantes en Texas a través de un grupo de chat en una aplicación encriptada. "Siempre sabíamos cuándo llegaban los autobuses", explica Malu, que dirige la organización de base Artists-Athletes-Activists.
Malu señaló que, aunque los autobuses de Abbott acapararon los titulares, gran parte del flujo hacia Nueva York durante la histórica oleada de migrantes se produjo a través de aeropuertos y de migrantes que pagaban sus propios billetes de autobús.
Los funcionarios locales de las ciudades fronterizas de Texas afirman que la caída en el número de migrantes que cruzan la frontera ha hecho que algunos refugios se vieran obligados a recalibrar su trabajo.
Víctor Treviño Jr., quien trabaja como abogado del alcalde de la ciudad de Laredo, afirmó: "Incluso ahora hay ONG [Organizaciones No Gubernamentales] que tienen que reducir su tamaño debido a la falta de admisiones [de inmigrantes]".